Chema el panadero era un buen coleguita de los niños, pero ni de lejos se llevaba también con los infantes como este orondo y risueño señor holandés, de nombre Paul de Leeuw.
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Un sitio muy guapo, donde todo lo que mola un huevo tiene cabida y sentido: Nazis, tías buenas, teorías conspiratorias, drogas, libros, pelis, pelis porno y hasta la zorra de tu vieja.
4 comentarios:
Que hijo de puta el paidofílico de los cojones¡ Al pobre niño le ha hecho un traje de saliva de Corte Ingles.
Al cabrón le ha faltado un pelo para bajarle los pantalones y cepillarselo en la tarima del que toca la flauta travesera.
Hijos de puta los padres del chiquillo, que no saltaron al escenario a darle una paliza al cerdo seboso ese.
Qué tío más asqueroso!!
¿Y los padres en que porras están pensando?
De Lisa De Leeuw no me importaría un traje de saliva.
Saludos
Es un humorista holandés y la verdad es que el chiste es arriesgado, rozando lo soportable.
Pero el final tiene gracia.
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