Si el sujeto sometido a examen ve las clásicas florecillas o puestas de sol en las imágenes del test, no se le ocurra salir de pesca con él o ella. Está claro que el/la muy subnormal no tiene ni puta idea de la diferencia entre cebos vivos y un pollón, con el consiguiente riesgo para su virilidad de usted. O eso, o piensa atrapar al mayor ejemplar de escualo bujarrón de los siete mares, para sólo Satán sabe qué aberración zoofílica. Diga que se le ha olvidado el gorrito rojo del Equipo Zissou en casa, y abandone inmediatamente la sala, silbando una tonada marinera y con una mano en el mandao.
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