lunes, 5 de noviembre de 2007

Mami, yo quiero ser artista


Confiésalo: te molas mucho. Te molas, te gusta tu rollete de gafipasti de vaqueros modernitos, sudadera retro de cremallera ajustada, El País debajo del brazo izquierdo, el último de Iain Banks en la mano derecha y en tu Ipod una selección de temas de Belle and Sebastian y Los Planetas. Vas a por el pan el domingo, miras a la gente que hace cola y a la panadera, y te lo dices: cómo molo. Vas a tomar una copa por la noche y miras a los garrulos entre la niebla de la bocanada de tu Vogue Super Slim Noire, regalándoles tu mejor sonrisa paternalista; luego te acercas a la camarera, le pides una botella de Moët y que ponga otra más en hielo y, mientras a ella le brillan los ojos y se le humedece la entrepierna (lo sabes, lo hueles), te lo vuelves a repetir: molo de la hostia…

¿A que sí?

Vale, te entiendo.

Ahora déjame que te hable de unos cuantos que, allá entre 1960 y 1970, se dedicaron a hacer arte a partir de cuerpos desnudos, actos de destrucción, sangre, orina, animales muertos, sexo explícito y transgresiónes de todo lo transgredible que se les cruzaba por delante. Peña que pasó meses en la cárcel por “degradar símbolos de la Nación”, por mearse en el público durante un acto y que tuvo que huir al país vecino para evitar más arrestos. Precursores de las performances y del body art que se hicieron un hueco en el panorama cultural más cool de su tiempo a base de dos elementos básicos: poca vergüenza –ninguna, probablemente- y lo que le salía de los cojones.

Ladies and gentlemen, con todos ustedes, LOS ACCIONISTAS DE VIENA, THE VIENNA ACTIONISTS, DER WIENER AKTIONISMUS.

Entre sus miembros más señeros, Hermann Nitsch, creador del Orgien Mysterien Theater, una mezcla bizarra de los conceptos de catársis aristotélica, psicología freudiana, teatro convencional y orgía dionisíaca. Uno de sus bombazos más sonados fue su exhibición Blood Organ, en 1962. En esta obra se crucificaba a un cordero, luego se crucificaba él mismo sobre un lienzo colocado en el suelo y arrojaban sangre del animal sobre el conjunto, de manera que el resultado splatter, gore y churretoso era que el lienzo se convertía en una reliquia. Esto fue sólo el principio; el bueno de Hermann continuó depurando su técnica –después de pasar por los juzgados en múltiples ocasiones y por el trullo en alguna- con más casquería, sangre en los caretos de los espectadores y una sede permanente de su Orgien Mysterien Theater en un castillo en el norte de Austria.



También iba bastante bien el amigo Rudolf Schwarzkogler, famoso por sus series de fotografías sobre peces muertos, cadáveres de gallinas, bombillas desnudas y gente envuelta en vendas en plan momia. Hasta que en 1969 decidió que era hora de saltar por la ventana de su dormitorio para emular el “Salto al Vacío” de Yves Klein, y ya nunca volvió a ser el mismo. De hecho, nunca volvió a respirar.


En plan Accionismo más prosaíco –y probablemente más inteligente- tenemos al querido Otto Muehl. Su mayor obra, la creación de una comuna en Viena; la norma principal de la comuna: la monogamia es nuestro mayor enemigo. Toma ya. La monogamia y la posesión de la mujer eran, para Muehl El Listo, una expresión más de la propiedad privada de los medios de producción. Por tanto toda movilización social revolucionaria debía comenzar desembarazándote de conceptos alienantes como el matrimonio o la fidelidad, y evolucionar follándote a saco a toda aquella que se te pusiera por delante. Para que lo llaméis loco, chavales…

¿Todavía crees que eres un tío guay? ¿Aún te mola el aura subversiva con que te iluminas cuando le cuentas a la gente que estás apuntado a la lista de correo de Noam Chomsky? Vale, tú lo has querido: Zeigt, de Otmar Bauer:



Y, si todavía os quedan ganas y autoestima, bajaos del burrito los volúmenes I y II de las películas de los Accionistas. Jamás me lo agradeceréis lo suficiente, modernitos de mierda.

1 comentario:

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Se puede decir mas alto, mas claro no.... a todos estos pseudo intelectuales de mierda que se creen que un churrazo en un lienzo o un trozo de hierro doblado se le puede denominar ARTE, los mandaba a Estepa a hacer figuritas de mazapan.

Vividores!!
Rateros!!
Chuflas!!