Con todos ustedes, zorras and gentlemen, Scorpio Rising. Una verdadera puta obra maestra del underground (1964, cosecha excelente), de manos del nunca bien ponderado Kenneth Anger. La sipnosis, para dejaros con el garrote nudoso y pidiendo más, es la siguiente: un ejército de moteros nazis gays hacen rugir sus máquinas por el camino hacia el dolor y el placer, mientras se intercalan símbolos sexuales sádicos en esta experiencia mareante, rítmica y caótica. Para terminar de provocaros el clímax, esta maravilla fue la que le prestó el nombre al no menos maravilloso disco homónimo de los Death in Vegas.
¿Queréis más? Pues más, y si no mejor, japonés, que es sinónimo de ida de pinza y de underground gornusiano. Esta flipada, de nombre Emperor Tomato Ketchup (toma ya), surgió de la mente (enferma) del amigo Shuji Terayama, allá por el 71. ¿Y de qué va? Pues gente, ni zorra. Sólo recuerdo, entre velos psicotrópicos del norte de África, algo de una revolución juvenil, y de un muñeco con un tomate en la cabeza, y que flipabas mucho. ¿Qué más cojones queréis? Bajadla del burrito, y me hacéis ustedes la crítica, que estáis mu mal acostumbraos.
Por último, Spanish bizarre underground deluxe de la mano del mejor programa de televisión de los últimos 321 años. No digo más, pero se lo dedico al Hombre sin Ano y al Blackhole. Que soy así de rumboso.
Hala, superad esto ahora, si podéis...
Hala, superad esto ahora, si podéis...
3 comentarios:
Lo veo y subo la apuesta remitiéndome al último link que he puesto en el post anterior. Si eso no es el páramo ya me diréis qué coño es si no...
Estanli, acabará usted obteniendo la nacionalidad parameña, y viviendo entre nosotros. Tremendo, el Páramo mismo, joder. Además, a puntito he estado en esta entrega de darle sitio al gran Russ, pero pensé en dejarlo para una futura entrada, junto con el bueno del Waters. Aún acojonado, a sus pies de usted, de su excelente gusto y de sus poderes mentales.
Pero es que es veneno...
pero huele a canela... (150.000 x bis)
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