Corría el 30 de enero de 1933, a eso de las 11.30 h. que un tal Sr. Paul von Hindenburg nombró canciller al Tito Adolfo (no recuerdo cuando se alzó en el poder el Tito Humungus, por cierto).
Pues en aquellos años todo se puso a huevo para que Adolfo llegara al poder, sobre todo una depresión del copón en la que los Yankis con su crack bolsístico contribuyeron en gran medida en el 1929. Según cuentan, a este hombre sólo lo votaron 13 millones de personas, poca chicha ¿no? 37,4% de los votantes del 31 de julio del 1932. Por aquellos entonces había en Alemania 3 millones de parados. Con él llegó el cambio, elimino el paro de raiz y rápido, vamos en lo que dura una guerra mundial. Nadie dijo que 6 millones de compatriotas fueran eliminados de las listas por la vía del plomo intravenoso, pero quien algo quiere, algo le cuesta ¿no?
La cosa es que este chaval y sus amigos del partido NSDAP nos iban a poner la cara como a un Cristo 6 añitos después y él sería gogó en el infierno poco después. Pero ¿qué hubiera sido si el Tito Adolf hubiera cumplido algún año más?
Joder, me quedo palotizado pensando en como el Tito Adolf nos libra de esos imperialistas terroristas con armas de destrucción masiva de los Yankis. Y ese himno final...
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2 comentarios:
He tenido que dejar de verlo a la mitad, lo confieso. Las lágrimas y el dolor en el pecho, mezclados con el alborozo del revivir aquellos días felices, me han bloqueado, y he roto a llorar como una adolescente con la regla en el día de la madre...
Me quedo con lo que pudo ser, aunque no fuera. Y me despido, que marcho a seguir llorando, como una zorra travestona hormonada hasta las cejas.
Gracias, Blackhole. Para que digan que en el Páramo no hacemos cosas bonitas los unos por los otros...
Bah, Adolfito siempre me a parecido una nenaza al lado de Richie
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