¿Por qué narices le he dicho que no a ese último café? ¡Si nos íbamos a quedar solos! ¡Si llevo deseando que llegara ese momento desde hace semanas! Y, ¿qué hago yo? "Es muy tarde, cielo. Mejor lo dejamos para otro día, ¿vale? Llámame cuando quieras..." ¡Para matarme! ¿Llámame cuando quieras? ¡Pero si eso es lo que le digo a los moscones para sacudírmelos de encima! ¡Y éste, éste en particular, es el hombre de mi vida! ¿En qué coño estaba pensando yo? A ver, ¿me queda batería en el móvil? Llámame, porfa. Por favor, mándame un mensaje; dame una excusa para darme la vuelta sin morirme de la vergüenza. Joder, Humungus, por favor... Te juro que te lo recompensaré con creces esta noche, que me muero por hacerlo... Pero llámame tú, porfa, porfa...
jueves, 3 de enero de 2008
L'esprit de l'escalier, un folletín del Páramo. Capítulo V
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